Hasta el fútbol, también con los pies

Fernando Perea [colaboraciones].-

 

No creo que sea el único que asiste -con tanta incredulidad como tristeza- a los habituales sainetes de la vida pública que nuestro país nos regala a diario. Cuanto más creo que el último agota mi capacidad de sorpresa, el siguiente va y supera el listón con holgura.

 

Aquí  -en este territorio que no es un estado confederal (como bien le va a Suiza), o federal (como también le funciona a Alemania), o centralista (modelo con el que nuestros vecinos Portugal y Francia también mejoran cada año)- nos creemos más listos que nadie y tenemos un modelo que no es nada de lo creado y comprobado anteriormente. Hemos creado eso que solo existe aquí en todo el mundo: las autonomías... y así nos va. 

 

La pandemia nos ha descubierto que hacemos más de la mitad de las cosas con los pies. Tenemos 17 (o 19, si contamos las plazas norteafricanas) normas para cada cosa. Y en lugar de ir hacia el tránsito del siglo XXI, hace ya años que nos empeñamos en marchar en dirección contraria. Cerca del XI, con los Reinos de Taifas... que ahora llamamos Autonomías. Ideado con los pies.

 

Aquí hemos tenido toques de queda distintos, hostelería abierta a distintas horas, y planes de vacunación distintos, según vivas a un lado u otro de esas líneas imaginarias que determinan las distintas autonomías. O, por poner solo otro ejemplo, te puedes arruinar -literalmente- si heredas el piso de tus padres en un lugar con bandera regional distinta a otra, según el impuesto vigente (precisamente impuesto por el virrey autonómico de turno). Diseñado con los pies.

 

HABLAR CON LOS PIES Y NO CON LA CABEZA

 

Da igual izquierda o derecha. Pues ya hemos sufrido todo el arco iris de ejemplos: con unos u otros en el gobierno central y en tu autonómico, o con gobiernos contrarios en ambos lugares. Todos ignoran el bodrio constitucional que nos colaron en 1978, incluyendo la legitimación virtual de un campechano Borbón elegido dedocráticamente por un dictador.

 

Ese texto que tanto dicen defender los dos del bipartidismo, y que dice que “todos somos iguales a pesar de nuestras diferencias”. Incluso en las geográficas de residencia. Pues no, el bipartidismo (y sus añadidos en todas las épocas) han hecho las cosas con los pies.

 

El último ejemplo de hoy de ejecución en dos patadas proviene de ese mundo del deporte, sobre el que escribí durante años a diario en diversos medios. Me refiero a la selección española de fútbol y el asunto de las vacunas. Y digo española porque si dijera el nombre del encargado de turno, debería escribir ¿selección? de Luis Enrique Martínez,  pues también el proceso de elección de jugadores es discutible...y mucho.

 

Pero no entro en eso para no desviarme del asunto, que aquí no toca hablar de los pies como parte del cuerpo humano que impulsa el balón. Todos han patinado en este asunto. Puedo entender que se distraigan 50 vacunas para la representación española, aunque no lo comparto. Un grupo de 50 personas jóvenes y sanas no puede ir por delante de otras de mayor edad y con menos salud.

 

CAMIONEROS, TAXISTAS Y SUPERMERCADOS A LA COLA

 

Ni se sostiene que, como país, hayamos considerado en 2020 como esenciales a camioneros, taxistas o -especialmente- personal de supermercados. Pero luego, en 2021, a la hora de la vacunación estos colectivos no existan. O se les anticipe en la cola un grupo de futbolistas, por muy ¿seleccionados? que sean y buenos pies calcen.

 

Un gobierno sin complejos (y que no mirara encuestas electorales) hubiera decretado esa vacunación desde el minuto uno -con la publicación de la lista del ¿seleccionador? Martínez-... o hubiera declarado que se vacunarían cuando les tocara por edad. Pero no, primero dijeron que por su turno y ahora, arrastrados por parte de la opinión mediática, dice que les quieren vacunar a tres días de jugar el primer partido. Si le da reacción a algún pelotero, ya “lo vamos viendo sobre la marcha”. Olé, siempre nos quedará algún suplente o de la sub-21 para que dé las patadas por el titular.

 

Así que, tras esta muy meditada decisión, se prepara a la Sanidad Militar para el evento. Y de nuevo, tratándose del 40 de mayo, hacen de su capa un sayo que no se quitan ni en esta fecha. Si se vacunan en Las Rozas -si no recuerdo mal la Geografía de tercero de EGB- es en territorio de Madrid, ¿verdad? Lugar donde las competencias sanitarias y de vacunación son de doña INDA. Es decir, de Isabel Natividad Díaz Ayuso, otra gran perla de nuestra clase política contemporánea.

 

Pero como todo se trata aquí de salir en la foto y de ponerse la medalla, o por negárselas al contrario, mandamos a nuestros sufridos y no suficientemente reconocidos miembros de la UME. Para que doña INDA madrileña no capitalice así mediáticamente la imagen. De nuevo los pies. Esta vez para dar patadas en las espinillas. Espinillas políticas, concretamente.

 

VACUNAS A LA CARTA

 

Y la última -pero no menos graciosa- es la disposición federativa futbolera, de su ¿seleccionador? Martínez, y de sus ¿seleccionados? Ahora, con doce doctorados en Medicina por Oxford, trece de Farmacia por Berkeley y quince en Microbiología por el Massachusetts Institute of Technology, que atesoran entre todos los peloteros de Las Rozas, dicen que si les van a poner Pfizer, que no, que prefieren irse sin vacuna a la Eurocopa. Que pa ellos tiene que ser Janssen. Que es un solo pinchazo y que se inmunizan antes.

 

Da igual que esa vacuna los verdaderos expertos la reserven para gente mayor. Con dos... balones. Piensan que el público también discurre con los pies, pasando por alto que Pfizer o Moderna (dos dosis) les obligaría a ponerse la segunda dosis sobre el 8 y el 10 de julio próximo. Y claro, las huestes del ¿seleccionador? Martínez no quieren correr el riesgo de interrumpir sus sagradísimas vacaciones en esas fechas.

 

Unas vacaciones que solo no tendrían en esos días en el caso, más que improbable, que La Roja alcance semifinales y final de la Eurocopa. Son los únicos en este sainete que no piensan con los pies. Más bien, con la cara. Más que dura, pétrea.

 

PD. A la hora de cierre de este texto se informa que Sanidad traga con la pretensión de los jugadores y del ¿seleccionador? Se pondrán Janssen y Pfizer.  A la carta. Imaginen dónde ha quedado bajado el pantalón gubernativo. Exacto, a la altura de los pies.