Chiclana, cuna de oficios: Pintor de coches-Antonio Gómez Vela “El Negrito”: Una vida entre colores

 

PEPE VELA M. [colaboraciones]

 

Con la revolución industrial llegó la fabricación en cadena de coches utilitarios y de vehículos industriales. Los pueblos y ciudades de España se llenaron de ellos y empezaron a formar parte de su fisionomía. A su vez provocaron que nacieran alrededor de ellos nuevos oficios, que o no existían o formaban parte de otros gremios como las lacas, que solo se trabajaba en la ebanistería, creándose nuevos empleos y naciendo grandes profesionales en las pinturas de coches. En este oficio tan brillante destacó nuestro protagonista, Antonio Gómez Vela, más conocido como El Negrito.

 

Nació en Chiclana el 16 de abril de 1942 y criado en la calle Jardines, donde también acudió al colegio que regentaba don Melchor. En esa calle transcurría su vida. En la parte alta había un manchón con mucha arena y fue junto a otros amigos donde empezó sus pinitos en el futbol.

 

Antonio Gómez Vela no eligió el camino de su padre, que había sido un gran profesional de la bodega como otros tantos que hemos tenido en Chiclana, sino el de la pintura de coches, porque un vecino de la calle Puertas se dedicaba a eso. Muy pronto empezó de aprendiz con Paco que así se llamaba. Antes había iniciado su vida profesional en la carpintería, tras dejar la escuela a temprana edad.

UN GOTEO, UNA LÁGRIMA

 

Estuvo en grandes talleres como Saína, garaje Las Cortes, Tainy o Iberecar entre otros, además de un tiempo como autónomo, llevando el taller por su cuenta en Las Albinas, junto el antiguo bar Chapela. Era un gran perfeccionista en su trabajo, afirmando que “un goteo en la pintura es una lágrima mía que cae”. Tenía que quedar todo perfecto.

 

Un cliente de San Fernando le encargó pintar su coche y éste presumía cuando le preguntaban donde se lo habían hecho de lo bien que había quedado, respondiendo que “me lo ha pintado El Negrito en Chiclana”. Ese era su mayor orgullo. Fueron muchos años satisfaciendo a los clientes y a sí mismo, pues era el que más disfrutaba con su trabajo, hasta que le llegó la hora y se prejubiló, estando en ese momento trabajando en la Peugeot de El Puerto de Santa María.

EL FÚTBOL SU OTRA PASIÓN

 

Durante muchos años alternó su trabajo con otra pasión: el fútbol. Sus inicios en el arenal le sirvieron para continuar en el Chiclana, pues dotes se le veían, llegando a jugar en los juveniles del San Fernando. Incluso hizo una prueba con el Sevilla CF. Coincidió con Diego Estrada, Garbancito y Pedrín entre otros, siendo sus ídolos Manolito Pulguita y Sebastián Benítez, ese gran portero que tuvo nuestra ciudad, entre otros muchos deportistas.

 

Después de esos periplos regresó a su equipo de siempre, retirándose en el Chiclana a los 29 años. Dos artes que compartió durante mucho tiempo, la pintura y el fútbol.

 

DE LA BANDA AL LUGAR PARA BUSCAR NOVIA

 

Criado en la orilla del río en la parte de La Banda, no es de extrañar que fuera uno de los que tiraban piedras a los del Lugar, pero sí uno de los que iba a buscar novia en la otra parte del pueblo. La conoció con 18 años, se llamaba María del Carmen Flores Panés, criada en la calle Churuca y entonces trabajando para la fábrica de Marín, como muchas chiclaneras de su época.

 

En 1972 fueron al altar, en la iglesia Mayor, con 30 y 27 años respectivamente, para después celebrarlo en los salones que tenia la pastelería La Predilecta junto a la misma iglesia de San Juan Bautista.

 

COLOREAR SUEÑOS

 

Siempre mimando coches y tratándolos en dique seco, ya era hora de disfrutar de ellos en la carretera y junto a otra pareja amiga, hicieron el viaje de novios por media España: Sevilla, Córdoba, Madrid, llegando hasta Barcelona. Nació su primer hijo al año siguiente en 1973, Francisco Javier, conocido por Paquito; Eva María en1976, y en último lugar Antonio Jesús en 1980, habiéndoles ya llegado también los nietos, cuatro.

 

Siempre ayudando en lo que puede y al que lo necesita, con gran corazón, gran profesionalidad, gran colaborador, gran padre, así ha sido en su vida El Negrito. Ahora en su retiro, siempre con los colores y el arte que sale de sus manos, se dedica en su tiempo libre, que es mucho, a hacer mándalas, dibujos circulares de origen hindú para así colorear sus sueños, como antes había pintado, los de los demás.