Mentiras, mentiras, mentiras
Francisco M. Navas [colaboraciones].-
No conozco a ningĂşn gobierno en España desde 1978 al que le hayan caĂdo más desgracias encima. En primer lugar, aprender a gobernar en coaliciĂłn, lo que ya de por sĂ resulta extremadamente difĂcil, porque hay que defender principios comunes sin renunciar cada cual a los propios, a los que te definen con claridad ante tus futuros electores.
En segundo lugar, pandemias, guerras, inflación, como una tormenta perfecta que no cesa, que no permite un respiro. Y en tercer lugar, una oposición echada al monte, faltona, desvergonzada, votando en contra de todo, que no respeta siquiera las reglas que nuestra Constitución fija, que no sólo recurre todas las leyes de este gobierno elegido democráticamente en las urnas sino que, además, aprovecha cualquier ocasión para difamarlo fuera de nuestras fronteras, mientras utiliza un poder judicial absolutamente partidista para obstaculizar y bloquear todo cuanto el poder legislativo plantea.
Cuando Ă©ramos pequeños, nuestras abuelas y abuelos, nuestros padres y madres nos enseñaban la importancia de no mentir, de decir siempre la verdad, aunque ello nos acarrease recibir una reprimenda o un castigo. Hoy en dĂa, se ha perdido definitivamente el valor de la decencia. Se miente a todas horas y por todo, el mentiroso se permite adornar continuamente esas mentiras con un falso aire ofendido, de vĂctima, de persona violentada gravemente en sus derechos.
PERPETUO Y FALSO APOCALIPSIS
Si un partido polĂtico como el Partido Popular no es capaz de estar de acuerdo con el gobierno de España en la subida del salario mĂnimo interprofesional mientras critica los impuestos a las grandes fortunas, si no es capaz de comparar el enorme acierto de los ERTES frente a sus seis millones de parados cuando gobernaba Rajoy, si no aplaude la subvenciĂłn a los combustibles o el tope al gas.
Si no apoya la congelaciĂłn de los alquileres, si no ve con buenos ojos la gratuidad del transporte ferroviario en cercanĂas o media distancia, si no reconoce que nuestra inflaciĂłn se sitĂşa por debajo de la media europea, si permanentemente recurre ante los tribunales de Justicia todos estos asuntos que acabo de enumerar y otros muchos que convertirĂan la lista en interminable, algo muy sucio y muy podrido se está gestando en las entrañas de la segunda fuerza polĂtica más importante del paĂs.
En
cualquier caso, el problema reside en lo que pueda llegar a calar entre el
futuro electorado este clima de perpetuo y falso apocalipsis que el Partido
Popular pretende crear cada vez que no gobierna. Este partido se olvida de que
gobernar significa precisamente trabajar por solucionar los problemas
cotidianos de la gente o, al menos, intentarlo.
ECHARSE A TEMBLAR
Y estar en la oposiciĂłn cuando la ciudadanĂa te manda con sus votos a un segundo plano, te legitima para confrontar tu programa con el del gobierno y acordar con Ă©ste, si fuese necesario, cuantas medidas se traduzcan en un beneficio para el conjunto de los españoles. Los polĂticos y sus acciones se deben al bienestar de la ciudadanĂa, no a la exclusiva defensa de sus intereses particulares.
Mucha gente se preocupa por el posible regreso del Partido Popular al poder. Yo creo que los poderosos, las grandes fortunas, los bancos, las grandes empresas, no deben estar preocupados. Los que deberĂan echarse a temblar son aquĂ©llos que disfrutan de una subvenciĂłn que les permite vivir dignamente.
O esos otros que no pueden pagarse una sanidad o un colegio privados, o medicinas caras, o toda esa gente que se deja una parte importante de su sueldo en transporte, o en el alquiler de su vivienda, o que en la actualidad disfruta de alguno de los bonos sociales que este gobierno ha puesto en marcha.
Porque no les quepa duda: con un gobierno del Partido Popular controlado por Vox, que los más desfavorecidos se echen a temblar, porque estos arreglapatrias, estos españoles de bandera y pulserita, vienen con una tijera debajo del brazo que tan sólo guardarán, cuando se trate de favorecer a sus amiguetes. El resto les importa un rábano.
DECIDIR CON EL VOTO
El voto continĂşa siendo una de las pocas prerrogativas autĂ©nticamente democráticas que aĂşn conserva la ciudadanĂa. Individual, secreto y supuestamente insobornable porque, digas lo que digas a quien sea, prometas lo que prometas de viva voz, sĂłlo tĂş sabes la papeleta que introduces en el sobre.
En cualquier caso, si el pueblo español no sabe apreciar el tremendo esfuerzo social que se está realizando, si sólo se queda con la permanente descalificación del que nunca ofrece alternativas, si prefiere el ruido a la realidad, si es incapaz de calibrar la importancia de que, precisamente, en estas terribles circunstancias que nos rodean, supone un verdadero privilegio que nos gobierne en España una coalición progresista, con todos sus errores y aciertos, lo tiene bien fácil: con su papeleta en las próximas elecciones generales, dentro de unos pocos meses.
Ahora bien, si vienen mal dadas los próximos cuatro años, si esos que ahora lo prometen todo vuelven a robarnos la cartera, de nada servirá quejarse. Ya no habrá solución.
Paco, estás desconocido. ? Regresas al redil socialista? Que te han ofrecido?
ResponderEliminarPrimeramente, le debo recordar que el gobierno de España presidido por Adolfo Suárez tuvo que lidiar con muchos más problemas que el actual, ya fuera con revueltas tanto de la izquierda, como las intentonas golpistas de la derecha trasnochada; como con la herencia del hundimiento económico provocado por el encubrimiento de la inflación fruto de la subida internacional del petróleo. También le recuerdo que todos los gobiernos anteriores tuvieron que lidiar con el terrorismo, tanto del FRAC, GRAPO y ETA -ésta última, tan arropada y defendida por los actuales socios de Sánchez-.
ResponderEliminar¿Una derecha faltona y desvergonzada? ¿Eso le llama Ud., al Partido Popular, porque acude a los tribunales para denunciar las ilegalidades del gobierno de la NaciĂłn? - ¿Acaso Ud., no acudirĂa a los tribunales, si viera pisoteados los derechos suyos o de las personas? Yo creo que los tribunales para eso están.
Y respecto a mentir, debo decirle que su Pedro Sánchez ha conseguido encarnar a la perfecciĂłn el personaje del escritor italiano Carlo Collodi “PINOCHO”.
No piense que le bastará con meter miedo y amenazar con un panorama apocalĂptico si gana la derecha”, para que los chiclaneros voten a su izquierda ideal, porque tal y como decĂa Julio Anguita: “Prefiero un polĂtico de derecha honrado, que uno de izquierda sinvergĂĽenza”.
Que conste que a mi tampoco me gusta en su totalidad la lista electoral con la que creo concurrirá el Partido Popular en Chiclana, ya que probablemente irá en ella su secretario general local -al cual ya conocemos-, pero no intente desprestigiarla en su totalidad, porque Ud. sabe que no es verdad lo que de este partido escribe.
Y, por Ăşltimo, no sĂ© si pretende ser incluido en las listas electorales de algĂşn partido de izquierda; pero por su subjetividad, rabia al redactar y tal como se ha echado al monte, no me extrañarĂa absolutamente nada.
el maestro maestrito, buscando un carguito que le de el Peligrosito.
ResponderEliminar¡Que malo es el aburrimiento!
ResponderEliminarTener una opciĂłn polĂtica y defenderla es algo sustancial a la democracia. Defender “con uñas y dientes” el actual gobierno de Pedro Sánchez y “machacar con saña” los gobiernos anteriores del App , como lo hace el colaborador, tambiĂ©n entra dentro de los parámetros democráticos.
ResponderEliminarLo que resulta curioso es la retahĂla de “desgracias” que le han caĂdo a este gobierno, a pesar de lo cual sale airoso del envite: gobernar en coaliciĂłn, pandemias, guerras, inflaciĂłn y una oposiciĂłn “echada al monte”.
Solo le falta nombrar “la pertinaz sequĂa” para parecerse a aquel gobernante que durĂł 40 años y se hacĂa llamar a sĂ mismo El Generalisimo. Pero eso ocurrĂa antes de 1978.