EDITORIAL NOVIEMBRE 2025-Para los políticos ahora todo es sostenible, hasta la corrupción

Los políticos en general buscan dejar huella de su paso. Pero no por hacer bien su trabajo, que es para lo que se presentan y ganan un buen dinero por ello.-

Los políticos intentan dar la nota para dejar constancia, sin importarles la burrada que digan o hagan. Tuvimos una maestra metida a política, casada con el entonces presidente del Gobierno, que soltó en la Caseta Municipal de Chiclana, en su primer mitin, aquello de “jóvenes y jóvenas”. El cachondeo fue general.

Otra del mismo partido, de un pueblo cercano al nuestro, siendo ministra de Igualdad soltó en el Congreso “miembros y miembras”. Aún fue peor y no duró mucho tiempo en el cargo, entre otras razones porque su trabajo fue de chichinabo y chichinaba. La mandaron a Nueva York, donde ejerce el cargo de directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

Aquí hemos tenido un concejal de Educación, profesor él. En una entrega de premios a los mejores estudiantes, estaba tan emocionado hablando todo en ambos sexos, que se le escapó lo de “institutos e institutas”. Fue nombrado presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Hace unos treinta años, los políticos pusieron de moda la palabra solidarios o solidaridad. Para todo teníamos que ser solidarios, con los vecinos, amigos, limpieza… Los proyectos que se hacían eran en torno a la solidaridad. Luego comenzaron con lo de poner en valor tal o cual cosa. Una salina, un libro, un pescado, una butifarra, un bache… Lo de hacer valer o valorar ya no servía.

Desde hace unos años han sacado otra palabra: sostenibilidad. Todo tiene que ser sostenible, no importa qué. El concejal de Tráfico, el ínclito José Vera, presentó un Plan de Movilidad Urbana Sostenible. Habló de grandes espacios para nuestro disfrute “y mejorar los desplazamientos diarios, haciéndolos más seguros y sostenibles y la apuesta por el transporte público y medios sostenibles”.

LOS CHINOS SÍ SON SOSTENIBLES

Las obras de la Rana Verde y la carretera de Fuente Amarga no son más sostenibles porque ya no se puede, que si no… ¿Y la Alameda del Río? No importa que sea fea y fría, pero es sostenible. Lo mismo que la calle Fierro, otro ejemplo de sostenibilidad. Se remodeló con dinero de Europa para ser peatonal según el proyecto enviado y por ella pasan coches y motos. Ahí lo único sostenible es el cabreo de los vecinos.

La torre mirador egipcia, bodrio de 3 millones de euros que envía Europa y lleva año y medio cerrada, que solo se abrió para la foto del alcalde y la ministra aspirante a presidenta andaluza, esa sí que es sostenible. Siempre está cerrada. Y más tiesa que la momia de Tutankamón. Y cómo olvidar las viviendas prefabricadas chinas sostenibles, que ha ido a ver nuestro regidor. En Chiclana, por lo visto, no hay empresas sostenibles que hagan estas viviendas sostenibles.

También es muy sostenible la pasarela que están haciendo en el Iro frente a la torre de los suicidios. No hicieron catas por si había restos fenicios y arrancaron cinco árboles que llevaban allí medio siglo. En esto no fueron sostenibles. Será por árboles…       

También tenemos petaqueo y tráfico de drogas que se sostienen, incluso aumentan, aunque la Guardia Civil y la Policía Local intentan que no sea así. Su falta de medios también es sostenible, nunca aumenta. Y también se sostiene la corrupción. Empezó el PSOE en los 80, le siguió el PP, volvió el PSOE con los ERE, siguen con los líos del clan Sánchez y ahora salen en Almería unos del PP. Lo dicho. Todo muy sostenible.