Una versión libre de "El Trovador" cerró el curso de la Escuela Municipal de Teatro
La Escuela Municipal de Teatro que dirige Antonio Estrada llegó al final del curso y como ya es habitual, representó en el Teatro Moderno la obra “Il Trovatore”, una versión muy libre de “El trovador” de Antonio García Gutiérrez, su obra más famosa pero difícil de digerir a pesar de la fama que tiene. Con un recinto lleno, los espectadores disfrutaron de una obra que es “durilla”, pero que el director convirtió en algo alegre al introducir canciones y bailes y trasladarla a Nueva York y a los años 40.
Leerse “El Trovador” cuesta, como muchos de nuestros clásicos, aunque algunos son más llevaderos que otros. Los espectadores, que la mayoría no ha leído esta famosa obra de García Gutiérrez, no sabían muy bien lo que se iban a encontrar aunque en principio esperarían, debido a la época en que discurre la trama, unos vestidos acordes con el tiempo en que se sitúa, espadas, diálogos en verso clásico, etc., pero se encontraron con que, de entrada, lo que veían era un baile de cabaret, personajes vestidos como hace sesenta años y hablando en un italiano macarrónico, aunque gracioso porque de eso se trataba.
Las espadas para los duelos fueron cambiadas por pistolas y el conde malo de turno era un mafioso, con tan malas pulgas como el susodicho conde. Tampoco lo que cuenta la obra del chiclanero universal es demasiado original porque las situaciones que narra han salido en otras novelas u obras de teatro anteriormente, pero sí fue un éxito cuando se estrenó y Verdi la escogió para su famosa ópera. Estrada la ha convertido en una obra mucho más moderna, que transcurre en el Nueva York de 1946, época de mafias y de peleas entre ellas por el poder.
Y como viene siendo habitual ya en sus montajes, la representación contó con baile y canciones en directo, que los alumnos interpretan con gran soltura. El comienzo con un baile de cabaret fue brillante, lo mismo que el tango. Muy bien cantada también La Bámbola, mítica canción italiana de finales de los años 60 que hizo famosa Patty Bravo. La obra fue convertida en una comedia y seguro que el público lo agradeció. Buen trabajo actoral en líneas generales. Con esta obra conmemoraron los diez años de existencia de la Escuela.
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