Albert Boadella, un provocador con su teatro y agitador de conciencias

Ha sido encarcelado, juzgado en consejo de guerra en tiempos del franquismo, exiliado y persona non grata en Cataluña


El dramaturgo, actor y director de teatro, Albert Boadella puso un digno colofón al segundo curso por la libertad de expresión. El Teatro Moderno esta vez sí acogió a numeroso público para escuchar a uno de los máximos representantes del teatro español, al que le costó lo que escribió en tiempos del franquismo la cárcel y el exilio. Como se esperaba, no defraudó. (FOTOS: Albert Boadella y Fernando Savater).


Albert Boadella tuvo como compañero de mesa al periodista gallego Alfonso Armada, que fue ilustrando algunos de los pasajes más relevantes del autor, actor y director teatral catalán. La noticia y el espectáculo era el título y de noticias y sobre todo de espectáculo hablaron los dos. Lo primero que dijo Boadella es que una parte importante de su vida, 50 años, ha transcurrido en relación con los medios de comunicación.

“La imagen y el aprovechamiento que se ha hecho de ello ha sido mutuo”. Comentó la primera vez que salió en un periódico. Tenía 12 o 13 años y fue con motivo de una redacción sobre París que hizo en el colegio: “La primera vez que vi mi nombre impreso me causó una impresión enorme, como un placer erótico”. Años más tarde, son más de 25.000 los artículos que se han escrito sobre él y su grupo de teatro “El Joglars” sin contar las de radio y televisión.

En este tiempo la relación de Boadella con la prensa ha sido estrecha. Habló del retrato que ha hecho a personajes públicos, que algunos le han causado graves problemas. Fue encarcelado, se fugó de la cárcel modelo de Barcelona, sufrió consejos de guerra y se tuvo que exiliar. En Cataluña, el lugar donde nació, ha sido declarada persona non grata, pasear por la calle supone miradas urañas, insultos como facha e, incluso, lanzamiento de lapos (escupitajos).

Boadella reconoció que había aprendido a hablar con la prensa con titulares: “Sé que de todo lo que digo en realidad sólo ponen una frase”. Comentó que había usado a los medios para la promoción de sus obras de teatro: “Como hemos sido poco afines a los medios públicos era necesario estimularlos para que hablaran de nosotros”. Con los medios de comunicación catalanes ha perdido la batalla ya que éstos, en general le han machacado, lo mismo que a su grupo.

“Hay parte importante de público que no acude a mis obras por la imagen que los medios han dado de mí, que ha acabado falseada”, aseguró Boadella. La imagen que los medios catalanes han dado de él es “de enemigo, de traidor a la patria”.

El coloquio que se celebró a continuación fue muy interesante. El dramaturgo no se escondió nunca, respondió a todas las cuestiones que se le plantearon y contó anécdotas ocurridas con la obra “Teledeum”, que recibió miles de cartas en contra, homilías de curas católicos que le acusaban de injuriar a esta religión cuando en realidad lo que hacía era poner a caldo a estas sectas o religiones que vemos en la televisión y que suelen estar en Estados Unidos. Las cosas de hablar sin ver lo que critican.

Dos días antes estuvo en este curso el filósofo vasco Fernando Savater, que habló de terrorismo, de la ETA, de ese alto el fuego que nadie se cree. Fue junto con la de Boadella, la conferencia o charla más seguida, aunque en general la asistencia fue escasa.