Logo Derecho - Bann

El Madrid de los años cincuenta: Cafetería “Montestoril”

Félix Arbolí [colaboraciones].-

La Cafetería “Montestoril” estaba en la Gran Vía, cerca de la plaza de España. Fue el quinto y decisivo escenario en mis andanzas madrileñas. Pertenecía  a Cesáreo González, el entones todopoderoso productor de cine, aunque al frente de ella se hallaba su hermano Arturo, la personificación de los efectos que produce un fuerte dolor de estómago. En los años que visité el local no lo vi sonreír un solo momento.

En su interior, la  barra y un salón espacioso con mesas, sillas y sofás, en rojo. A veces, muy pocas, aparecía Cesáreo. Decían que era amigo personal y paisano de Franco. Era el sitio ideal para hacer amistad con actores, directores, aspirantes que quedaron a medio camino, periodistas y esos raros personajes que encontramos a todas horas y nadie sabe a ciencia cierta de qué viven.

Allí conocí a Yale y Tico Medina, los dos periodistas más populares de la época. El primero era un lince y una excelente persona cuando se le trataba. Pese a su  cojera, llegaba antes que nadie al lugar de la noticia que interesaba y su estilo literario gustaba a todos. A veces era duro y satírico, pero siempre un excelente periodista.

Las escandalosas broncas con Mayte, su pareja sentimental, eran continuas y famosas. En una de ellas, residiendo ambos en un hostal de la Gran Vía, volaron ropas y enseres a la calle, incluida su máquina de escribir, sin que afortunadamente se produjeran daños colaterales entre los transeúntes.

Era viudo y tenía dos hijos pequeños que vivían en su Córdoba natal con la abuela. La niña, es hoy una gran novelista, Julia Navarro, que hace honor al apellido y a la valía literaria del padre. Yo lo recuerdo con gran cariño y sincera admiración.

MANOLO ALCALÁ Y TICO MEDINA

Con Yale y Manolo Alcalá, pasé algunas noches de juerga visitando los bares más punteros. Una de las veces, siendo las tres de la madrugada, estábamos en un barrio extremo de Madrid y sin dinero para regresar. Alcalá, sin inmutarse, paró un taxi y le dijo al taxista quiénes éramos y que estábamos a la “luna de Valencia”.

Si  accedía a llevarnos, al día siguiente y en “Montestoril”, le abonaríamos la carrera con propina. Al taxista le pudo más la sinceridad de Alcalá, que la identidad de los tres  que iban a viajar de gañote. A la hora acordada  pasó a cobrar, le dimos una buena gratificación y le invitamos al café. La bohemia nocturna tiene esos casos y cosas.
Alternar con esa pareja era exponerse a tales vicisitudes, pero lo pasábamos bien. A Tico lo seguí tratando en el diario “Pueblo”, cuando ya trabajaba en este medio. Nos hicimos buenos amigos. No obstante, tras mi periodo de inactividad periodística, le pedí que me prologara mi primer libro, a lo que accedió, aunque a última hora me dejó en la estacada y otro amigo y paisano, Fernando Quiñones, me hizo un prólogo de categoría.

Manolo Alcalá podría ser protagonista del artículo entero, solo resaltando algunas anécdotas. Era luchador nato e incansable. Trabajaba de publicista en la radio y se hizo un reportero y corresponsal de guerra excepcional. Acompañó y entrevistó a Perón en su regreso a Argentina desde España, para volver a ocupar la  presidencia de la nación. El  único periodista en ese excepcional viaje del  popular político.

Luego siguió como corresponsal de “Televisión Española” en distintos frentes de guerra y en uno de ellos halló la muerte cumpliendo su misión. Poseía una memoria prodigiosa y una facilidad de palabra apabullante, lo que le hacía un compañero ameno y ocurrente.

CARNAVAL DE CÁDIZ

En un Carnaval gaditano, entonces llamado “Fiestas típicas gaditanas” al estar prohibido por Franco, el Ayuntamiento de Cádiz me encargó que invitara a tres actrices al evento. Íbamos a gastos pagados y nos hospedaríamos en el “Hotel de Francia y París”, uno de los mejores de  entonces.

Al colaborar entonces en asuntos publicitarios con “González Byass”, acordamos que la comitiva se detuviera en Jerez, donde ofrecerían una comida en las bodegas con los propietarios y directivos y luego siguiéramos viaje por carretera a la capital, donde en los alrededores del Ayuntamiento se había congregado una multitud para recibirnos.

Me puse en contacto con Enrique Martí Maqueda, gran amigo y compañero, con el que ya había hecho algunas cosas, para que nos llevara en su magnífico y amplio descapotable rojo. Lógicamente le pagué los gastos extras. Aceptó de buena gana mi petición y a las doce de la noche, al terminar en “Radio España” su trabajo, iniciamos nuestra aventura.

Nada más salir de la emisora nos encontramos con Alcalá, que nos pidió le dejáramos en su casa, ya que nos cogía de camino. Al llegar a las proximidades de su domicilio, Enrique pisa el acelerador y le dice: “Tú te vienes a Cádiz con nosotros”. De nada sirvieron sus protestas. Tuvo que hacer el viaje con lo puesto y no pudo conectarse con su familia hasta la llegada a Jerez.

ENRIQUE MARTÍ MAQUEDA

Al ser largo el viaje, las tres actrices viajaron en tren, acompañadas por Marina de Mier, su representante, que se unió a la comitiva por la cara y fue un incordio todo el tiempo que duró esa aventura, ya que ninguna de las tres necesitaban carabina.  
A la llegada a Jerez les esperábamos en la estación para llevarlas a la comida de la bodega y luego con el delegado de festejos y otras autoridades de la capital, nos dirigimos en caravana a Cádiz. Me tuve que hacer cargo de Alcalá, ya que no le dimos oportunidad de llevar ropa de repuesto y dinero para sus gastos.

Le cedí mi habitación en el hotel, pues yo disponía de la casa familiar. Martí Maqueda, estuvo en la presentación de mi libro “Confidencias de un periodista” y tuvimos oportunidad de darnos un fuerte abrazo y charlar ampliamente sobre todo cuanto nos había ocurrido desde que dejamos de conectarnos. Sé que se retiró a Galicia y abandonó su magnífica carrera en TVE donde dirigió y realizó varios y populares programas. Una gran persona, amigo y compañero. 

Sobre “Montestoril” hay mucho que contar y hasta en una de sus tardes, conocí a Maribel. Es justo dedicarle algo más que un simple artículo.

No hay comentarios

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.