El Isis o Estado Islámico

Pepe Vela [colaboraciones].-

¿Qué ha pasado para que Europa, China y hasta la ONU le declaren la guerra al Estado Islámico? ¿Es que nuestros muertos eran personas y los demás animales?

Desde los atentados de Paris, el punto de vista de la barbarie sobre el Isis ha cambiado, y no se entiende qué han estado haciendo EEUU y Gran Bretaña estos cuatro años de ataques consecutivos, sin mermar la capacidad terrorista de de este grupo. Desde que Rusia ha intervenido, lo que ha puesto al descubierto son los intereses que estos países tienen, y descubrir el alcance de hacer el mal.

Llevan cuatro años con la barbarie en Siria y en Irak, matando y ajusticiando hombres y niños y a las mujeres, además vejándolas en lo más intimo de su ser con la violación sistemática hasta su total degradación como persona. En una ocasión en la ciudad de Sinyar fueron sacrificados más de 500 miembros, enterrados en una fosa común, muchos de ellos vivos, y capturando a más de 300 mujeres.

Desde que declararon el Califato del terror han sentenciado a muerte a miles de sirios e iraquíes, lo mismo a musulmanes sunitas que chiitas y en particular a la población Yazidie de religión cristiana, declarando la Yihad sobre todo lo que suena a diferente a sus intereses.

La política Europa de integración de razas y religiones no ha dado resultado, al contrario, han creado desarraigados, en particular los musulmanes originarios de ex colonias francesas, que han visto en el Isis una identidad que no han conseguido tener en Europa y se ven jóvenes fuertes, con poder y con dinero, además del odio que tienen a todo lo que le ha sido adverso desde su crianza en un sito que no se han sentido auténticos ciudadanos.

POLICÍAS DE BARRIO

La falta de identidad de estos individuos hace que sean todavía más peligrosos de lo que los sociólogos y políticos podían prever, por el cual se debería recuperar en todos los sitios los policías de barrio, que eran los que verdaderamente conocían a sus vecinos bien e intervenir en la raíz del problema para evitar tanto desarraigo social y familiar.

Las condolencias a todos los familiares de los fallecidos en todo  el mundo por estos actos, pero para acabar con esta barbarie no son suficientes manifestaciones, condenas, y tampoco flores como decía un padre a su hijo. Hace falta algo más.

Para finalizar, una reflexión de Winston Churchill: “Para no ser indigno, no entramos en guerra, ahora somos indignos y estamos en guerra”.