La Consejería de Educación sumerge a los escolares de Cádiz en su legado cultural gracias a “Vivir y sentir el patrimonio”
El delegado territorial Educación y Deporte en Cádiz, Miguel Andréu, ha valorado positivamente el aumento de centros escolares que forman parte del programa de la Consejería Vivir y sentir el patrimonio. Destacó “la importancia de transmitir el amor por la historia y el arte desde la infancia”.
Incidió en que el estudio de este legado debe ser un contenido transversal en los centros educativos. Reseñó que los colegios, institutos y otros centros educativos gaditanos participantes en el programa de la Consejería de Educación y Deporte Vivir y Sentir el Patrimonio, han aumentado este curso de 47 a 53.
“El nombre de Vivir y Sentir el Patrimonio une el inseparable binomio entre el legado histórico y las personas que lo conocen, lo viven y lo sienten como suyo”, comentó Andréu. Se trata de un programa que está dirigido a alumnado de todas las etapas educativas, desde Infantil hasta Escuela de Arte, y que nace con la finalidad esencial de favorecer “el disfrute, conocimiento y comprensión de los valores históricos, artísticos, etnográficos, científicos y técnicos de los bienes culturales”.
La iniciativa busca “que el alumnado sienta suyo el Patrimonio, que desde ya escuela se le ofrezca la posibilidad de asumir su identidad, en los diferentes niveles en que se configura, para que puedan explicarse qué somos, cómo somos, por qué hemos llegado a ser así y cómo nos relacionamos con los demás”, señaló Andreu.
METODOLOGÍA ACTIVA
El Programa proporciona los instrumentos para realizar programaciones e implementaciones conjuntamente, que al mismo tiempo tengan en cuenta la realidad de los medios de comunicación y la propia familia como contextos donde el Patrimonio se crea, se protege, se transmite o se pone en valor.
Por otro lado, ofrece recursos y herramientas claras, sencillas y útiles para que el profesorado se sienta capaz de poder aplicarlas. El fin de la educación patrimonial es conectar el Patrimonio depositario. Esa conexión sólo es posible si se consigue con la sociedad, que es su generadora, propietaria y despertar la inquietud por conocerlo en la comunidad educativa. “Para ello se ha de poner en marcha una metodología activa y participativa”, concluyó el delegado.
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