No vencedores, pero sí vencidos
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Comprendo que los
señores del Parlamento español aplaudan a rabiar cuando interviene su jefe, por
muchas chorradas o perogrulladas que éste diga o por mucha corrupción que
oculte. Les va su sueldo en ello. Pero lo que no comprendo es cómo puede haber
personas tan fanáticas, que presten culto a unos políticos que apenas saben
hacer otra cosa que insultarse mutuamente y explotarnos a los simples
ciudadanos.
¿Acaso vamos a alegrarnos
porque prospere una moción de censura, como ocurrió en el caso de Pedro Sánchez,
o porque no prospere, como en el caso de hoy contra la Comisión europea? ¿Creéis acaso que cuando se presenta en una
moción de censura, están pensando, los que la presentan, en el bien de los
ciudadanos?
¿Por qué vamos a alegrarnos
o entristecernos si, en cualquier caso, la corrupción va a seguir igual o peor?
Ya sabemos que cada cuatro años toca cambiar de bando para que sean otros los
que empiecen a robar. Y, mientras tanto, los ciudadanos, dejándonos manipular.
¿Acaso alguno de nosotros ha hecho la guerra civil, para que nos sigan
enfrentando y calificando de vencedores y vencidos o de izquierdas y derechas?
Lamentablemente, todos somos esclavos de los partidos políticos.
Sí, señores patanes
del Congreso de los Diputados, dejen de llamarse ustedes mutuamente “señorías”,
pues mutuamente no se guardan el más mínimo respeto. De la boca de ustedes no
sale más que veneno y odio. Desde que se inauguró la democracia en nuestro país,
fuera de pequeños intervalos, la calidad de vida y la democrática ha ido de mal
en peor.
ALTO RIESGO DE
CORRUPCIÓN
La Comisión
Europea acaba de alertarnos del “alto riesgo de corrupción” en la
contratación pública y la financiación de partidos en España, y aunque, como
dice el refrán, más vale tarde que nunca, lo único que se me ocurre decir es “a
buenas horas mangas verdes”. Hace ya muchos años que en España existe
corrupción y financiación dudosa de los partidos políticos.
Hace ya muchos
años que existen en España ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Hace
ya muchos años que se da también enchufismo y corrupción – y mucha- dentro de
las instituciones de la Unión. Muy grave debe de ser la situación para que la
Comisión europea dé la voz de alarma.
Reconozco que
esta alarma llega varias décadas tarde, pero vuelvo nuevamente a mi argumento
de partida: ¿Quién ha constituido a la Comisión europea? ¿Quién elige a los
señores comisarios? ¿Tenemos alguna garantía de que una nueva Comisión va a ser
mejor que la anterior? ¿Podemos tener unos políticos europeos ejemplares,
cuando éstos han sido elegidos por unos políticos nacionales corruptos?
Mientras no
desaparezca la corrupción de la política nacional, no desaparecerá la
corrupción en las instituciones europeas. Unos políticos nacionales corruptos
no pueden ser limpios en Bruselas. Mientras tanto, los ciudadanos, ya que no pintamos
nada, no seamos tan inocentes de aplaudir a los políticos.
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