Europa, ¡despierta ya!
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Pensaba
empezar estas líneas dando la gracias a Trump por haber brindado a
Europa la oportunidad de despertar, pero ante el asesinato ocurrido en EE.UU.,
que rechazo como rechazo también los que están sucediendo diariamente en Gaza,
Israel y Ucrania, no quisiera que se interpretaran mal mis palabras. (FOTO: Bloqueo
de Berlín).
Que
el gobierno de los Estados Unidos de América ha dejado de ser un amigo fiable,
es una realidad, como también lo es que Europa sigue dormida. Lejos están los
tiempos del puente aéreo de Berlín y los tiempos de la guerra fría, lejos están
el Plan Marshall y las palabras de Kennedy en el balcón del Ayuntamiento
de Schöneberg (Berlín) –“Yo soy un berlinés”- .
Europa
debe agradecer a los Estados Unidos toda la ayuda que éstos le prestaron tras
la Segunda Guerra Mundial, y a mi entender creo que Europa lo ha hecho, siendo
su principal socio comercial. Pero, por otro lado, también es verdad que los
EE. UU no podían permitir entonces, y tampoco pueden permitir ahora, que Rusia
se adueñara del resto de Europa, pues a nivel mundial ellos pasarían a ser un
país de segunda categoría.
Lejos
están los tiempos (casi 80 años), en que la principal preocupación de los
políticos europeos era cómo llegar lo antes posible a una Europa federal, para
evitar para siempre una nueva guerra. Casi todos, excepto Churchill,
aspiraban a una Unión política de Europa, y no a un simple mercado común.
La
dependencia de los EE. UU. ha hecho que Europa se durmiera en los laureles, dejando
la investigación industrial y defensiva, así como la propia defensa, en manos
de otros. Que ahora Trump siga el camino opuesto a sus antecesores, es algo que
los defensores de una integración política de Europa debemos agradecer por lo
que supone de revulsivo.
VIOLACIÓN
DE PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Pero
¡ay!, es posible que ni siquiera Trump sea capaz de despertar a Europa.
Entonces sonarán de nuevo las palabras de Schuman: “No se hizo
Europa, y hubo guerra”. Europa debe aprender a caminar sola, también
en su política exterior y también en sus relaciones con Rusia, una vez se
finalice la guerra de Putin. Ni EE. UU. ni China ni Rusia deberían ser
los enemigos de una Europa Unida, pues Europa no tiene aspiraciones
imperialistas. Pero para que Europa pueda caminar sola, debe estar unida.
No
puede ser que cada Estado miembros siga una política exterior diferente y que
los gobiernos de los Estados miembros se salten las normas de la UE, sin que
por parte de la Comisión Europea haya
la más mínima reacción. No puede ser que la Comisión permanezca impasible ante
la violación de los principios más elementales de toda democracia, como es la
separación de poderes, tal y como está sucediendo en España.
No
puede ser que un jefe de gobierno permita, como al parecer ha ocurrido en
España (Delcygate), la violación de las fronteras de la Unión, sin que
después de 5 años la Comisión Europea averigüe los motivos de esta violación
expresa, sobre todo porque se trata de la ministra de un gobierno de muy dudosa
calidad democrática y porque, además, este hecho puede afectar a la democracia
de nuestro país.
Es
verdad que la Comisión no tiene muchas armas para castigar las violaciones del
Derecho de la Unión, pero al menos puede aplicar sanciones económicas contra
tales actos y tales situaciones, y también tiene medios para investigar la
verdad.
¿Será
necesaria una tercera guerra mundial en suelo europeo, para que los gobiernos
de los Estados miembros despierten?
¡¡¡ A que hora nos levantamos Félix, con todos los corruptos que tenemos !!! ?
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