Multado por conducir y hablar

David González [colaborador]

Tuvo que pagar sesenta euros de multa por ir hablando con el copiloto (su hermano) mientras circulaba por la autovía del Cantábrico a la altura de Grases, en Villaviciosa, ya que según la Guardia Civil fue penado por «conducir un vehículo sin mantener la atención permanente en la conducción». Los dos hermanos se dirigían con su madre de noventa años a realizar una visita a Covadonga y acabaron pagando la multa en el acto.



Según asegura el conductor: «Es un hecho insólito que demuestra un total abuso de poder por parte de los agentes de la Guardia Civil. Conducía de forma totalmente reglamentaria y como no tenían por qué sancionarme, me multaron por ir conversando». Los hechos ocurrieron el pasado 23 de mayo cuando circulaba al volante de un vehículo alquilado. «Observamos cómo la Benemérita nos seguía durante un tramo. En un momento dado, nos hicieron señas para que nos arrimásemos al arcén; les mostramos la documentación, que teníamos al día», narra el multado. No obstante, los agentes le dijeron que debía abonar una multa de 60 euros «alegando que íbamos hablando».

Personalmente no me parece mal que se multe a quienes hablan con el teléfono en la mano, que se distraen con el navegador, que fuman y al hacerlo por unos momentos se preocupan más de encender el cigarro y su ceniza que de conducir, en fin por cualquier motivo de despiste real. Pero al paso que vamos, tendremos que poner el cartel de “prohibido hablar con el conductor” en el salpicadero de nuestro coche, mientras nos aburrimos soberanamente y los niños desde atrás, se quedan con carita tonta mientras su padre no les contesta