Colectivos andaluces en la Educación Pública, se unen para exigir mínimos en la vuelta a las aulas y el final de curso
Piden que
se garantice el Derecho a la Educación Pública de calidad para todos,
con las pertinentes garantías sanitarias.-
Treinta
y un representantes de más de quince colectivos del ámbito de la Educación
Pública (Mareas verde provinciales, sindicatos -USTEA y CGT-, plataformas como Escuelas de Calor, Córdoba Incluye, Niñas del Sur,
XPrimaria, Sindicato de Estudiantes,
federaciones de AMPA de Huelva, Málaga y Sevilla, Coordinadora de la Escuela
Pública de Cádiz…) se reunieron para debatir sobre la vuelta a las aulas.
Analizaron
el fin de curso marcado por la teleformación durante el confinamiento por la
COVID-19, que ha evidenciado aún más la brecha social existente (más profunda
si cabe que la tecnológica).
En la
primera de la que anuncian que será una serie de reuniones y
movilizaciones conjuntas en las próximas semanas, todos los
sectores de la comunidad educativa (familias, docentes y estudiantado), han
coincidido en que en estos momentos más que nunca debe garantizarse
el Derecho a la Educación Pública de calidad para todos, con las pertinentes
garantías sanitarias.
Esto pasa
necesariamente por garantizar una educación presencial para todos, la
obligatoria reorganización del currículo y una bajada de la ratio (número de
alumnado por aula), “pero como medida histórica
que venimos defendiendo desde hace años y no solo una medida extraordinaria por
el COVID-19”.
Sin
embargo, ninguna de estas medidas puede llevarse a cabo “simplemente con titulares de prensa o intervenciones
ante los medios de comunicación o en el Parlamento”. Sin el aumento
de la inversión en la escuela pública y una planificación de cómo se va a
llevar a cabo, “siendo conscientes de la
realidad de la escuela pública andaluza, las plantillas y las infraestructuras
con las que contamos”.
NO A LA
EDUCACIÓN TELEMÁTICA
Bajar la
ratio no solo para garantizar la salud, sino la atención individualizada y de
calidad a la que tienen derecho todos los alumnos. Una bajada de la ratio que
supone una fuerte inversión económica, tanto de recursos humanos como de
infraestructuras: aumento de las plantillas y adecuación de los espacios
necesarios para que ningún alumno se quede en su casa.
Estos
colectivos señalan que “rechazamos la educación
telemática, las casas no son escuelas ni las habitaciones aulas. El
alumnado necesita la escuela, sus compañeros y a sus docentes para desarrollar
de forma adecuada su formación académica y su desarrollo personal”.
Si para
garantizarlo con seguridad sanitaria se requiere una inversión extraordinaria, “exigimos que todos los fondos anunciados para el
fracasado Plan de Refuerzo Estival del señor Imbroda, se destinen a esa
inversión extra que necesita la escuela pública durante el próximo curso
2020/2021, y que la inversión pública para educación vaya destinada 100% a
la pública, dejando de financiar la privada a través de los conciertos
educativos”.
La garantía alimentaria también
preocupa a la comunidad educativa andaluza. Los actuales planes SYGA y PRIA “serán a todas luces insuficientes por cuanto, dada la
situación de precariedad sobrevenida de las familias andaluzas, aumentarán los
niños que necesitarán de comedor escolar”.
SEGURIDAD
DEL PERSONAL DOCENTE Y DE SERVICIO DE LOS CENTROS
Los
criterios de admisión deben modificarse para dar la necesaria respuesta, pues
la renta que se tiene en cuenta en ellos, no coincide con la actual situación
en la que ha aumentado el desempleo, y debe aumentarse también la cantidad de
monitores para poder bajar la ratio de los comedores, así como la debida
adecuación de los espacios.
Preocupa
igualmente la seguridad del personal docente y de administración y
servicios de los centros educativos, ante la posibilidad de que se tengan que
incorporar presencialmente en el mes de junio. Deben garantizarse medidas
sanitarias y de higiene que protejan su salud y la de sus familias.
Del mismo
modo, “consideramos que los efectos de la
pandemia han puesto de manifiesto la necesidad de garantizar los servicios
públicos y en concreto de la Escuela Pública”. La nueva ley educativa,
que está en trámite parlamentario, “debe
apostar decididamente por la escuela pública”.
Debe
apostar por volver a establecer el carácter subsidiario de la escuela privada
concertada, “como paso previo hacia una única
red pública a la que vaya todo el dinero público dedicado a educación, ya que
es la única garantía de que ésta sea un derecho para todos y no un negocio de
unos pocos”.
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